miércoles, 8 de junio de 2011

No puede más. Se levanta de la cama con los ojos hinchados, apenas ha dormido. Ha pasado la noche entera pensando en él, dejando caer miles de lágrimas. Se asoma a la ventana con una tímida sonrisa, imaginandose que él estará ahí, esperando a que su princesa despierte. Pero no. Él no está, como de costumbre. En un momento, recuerda aquel beso que él le robó y sin darse cuenta, las lágrimas le empiezan a caer sin control. Maldice el momento en el que se enamoró de el. Le maldice a él. Se seca las lágrimas y vuelve a la cama con ganas de dormirse otra vez, para soñar con él y así hacer realidad sus deseos.

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